Actualidad Económica
16/10/2019
Riesgo País y Estudios Económicos

Estrategia “Made in Russia”, un instrumento de diversificación económica de efectos limitados

Estrategia “Made in Russia”

Afectada por las fluctuaciones del precio de los hidrocarburos y por las sanciones económicas de los países occidentales, Rusia ha desarrollado una estrategia para impulsar su industria local, con resultados limitados.

Con el fin de acelerar la diversificación de su economía, tras las sanciones impuestas por Occidente ligadas a la anexión de Crimea, Rusia ha implementado una serie de medidas destinadas a reducir su dependencia de las importaciones y de los hidrocarburos. La sustitución de las importaciones por la producción local depende de numerosos factores, muchos de los cuales aún no se han logrado.

Una estrategia dirigida a los sectores claves de la economía

Contratos de inversión especiales, dirigidos a impulsar la inversión extranjera, reducciones de impuestos selectivas para la producción local o acceso privilegiado a las licitaciones públicas,… son algunas de las iniciativas destinadas a alentar a las empresas a cambiar su escala. 

Para promover la modernización, el desarrollo tecnológico y la innovación, los mecanismos incentivadores (zonas económicas especiales, financiación pública, conectando la investigación con la industria, apoyo a las exportaciones, etc.) se han visto materializados mediante la creación del Centro Ruso de Exportaciones.

Los principales interesados en este intento de promover la producción local, las industrias agroalimentaria, farmacéutica y automotriz y las tecnologías de la información, ya han desarrollado sus propios reglamentos y mecanismos de promoción.

Los resultados más significativos se han conseguido en el sector agroalimentario, con el embargo impuesto sobre las exportaciones de productos agroalimentarios provenientes de los países que habían sancionado a Rusia. La escasez de productos supuso un aumento de los precios, que impulsó a los consumidores rusos a elegir los productos locales frente a los importados, lo que a su vez ha aumentado la producción local significativamente. De este modo, Rusia ha conseguido la autosuficiencia en su producción de carne.  No obstante, la calidad inferior de algunos productos locales, en algunos casos, sostiene las importaciones, a pesar de la diferencia de precio.

En el sector de las tecnologías de la información, se ha prohibido al sector público la importación de equipos informáticos, de telecomunicaciones y electrodomésticos, si hay productores locales que ofrezcan los mismos artículos. Las autoridades aspiran a expandir la producción de componentes electrónicos para hacer frente al embargo occidental sobre las ventas de tecnología para los sectores de la energía, inteligencia y defensa, si bien es cierto que el rendimiento sigue siendo modesto.

El mismo deseo de reducir su dependencia de las importaciones se manifiesta en el sector farmacéutico, con incentivos fiscales para la producción local y ventajas para los productos locales en los mercados públicos. Asimismo, los industriales extranjeros que firmen un contrato de inversión con las autoridades podrán beneficiarse de contratos exclusivos con el estado. Pero también en este caso, los objetivos establecidos están lejos de ser alcanzados.

Finalmente, en el sector automotriz, los contratos de inversión con los fabricantes extranjeros proporcionan incentivos fiscales, un acceso privilegiado a la contratación pública y una protección frente a las futuras regulaciones fiscales, a cambio del compromiso de producir localmente y promover la innovación. En este sentido, Opel anuncia su retorno al mercado ruso, pero Ford cerrará sus plantas en el país. El mercado de los vehículos utilitarios y camiones es más dinámico y atractivo.

Una estrategia local que se enfrenta a obstáculos estructurales

Condicionada a la disponibilidad de las materias primas, a la modernización de las líneas de producción y a la evolución del entorno empresarial, la estrategia “Made in Russia” presenta complicaciones y representa un compromiso a largo plazo. Las sanciones y contra-sanciones, actuales y futuras, el entorno empresarial, el creciente riesgo político y la escasez de mano de obra disponible, afectan a las inversiones nacionales y extranjeras.

El país sufre un déficit de ciertos productos petroquímicos de alto valor añadido, como los aditivos, así como de productos metalúrgicos laminados y tubos. Son solo algunos ejemplos de las deficiencias de la trasformación local de las materias primas, que las autoridades intentan remediar.

Mientras que la política “Made in Russia” es necesaria para resolver la situación económica del mañana, está aún muy lejos de dar sus frutos, y requerirá una profunda transformación a largo plazo del aparato productivo ruso.

 

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