Actualidad Económica
25/04/2022
Riesgo País y Estudios Económicos

A pesar de la reelección de Macron, el escenario político se polariza en Francia

Economía Francia

Emmanuel Macron ha sido reelegido para un segundo mandato como presidente de Francia. Aunque en la segunda vuelta ha vuelto a ganar contra Marine Le Pen, de la ultraderecha Rassemblement National, el resultado ha sido mucho más ajustado que en las anteriores elecciones (58,5% - 41,5%, frente al 66% - 34% de 2017).

 

 

 

Estas elecciones presidenciales han estado marcadas por los siguientes acontecimientos:

  • La confirmación del hundimiento de los partidos tradicionales: los Republicanos en la derecha y el Partido Socialista en la izquierda, obtuvieron menos del 5% y el 2% de los votos en la primera vuelta, respectivamente.
  • Jean-Luc Mélenchon (LFI, extrema izquierda), obtenía un excelente resultado con el 22% de los votos.
  • La irrupción de otro candidato de extrema derecha, Eric Zemmour (7%).

Con esta configuración, las elecciones legislativas de junio de 2022 parecen inciertas y el presidente Macron podría verse obligado a formar una coalición para asegurarse la mayoría en la Asamblea Nacional. Independientemente del resultado de estas elecciones, la creciente polarización de la escena política francesa aumenta el riesgo de inestabilidad política y social

¿Cómo afronta 2022 la economía francesa?

La recuperación se verá frenada por las consecuencias de la guerra en Ucrania

La economía repuntó con fuerza en 2021, tras el levantamiento de la mayoría de las restricciones relacionadas con la pandemia en la segunda mitad del año, con un PIB al final del año un 1% por encima de su nivel anterior a la crisis. Sin embargo, en 2022 se espera que la recuperación se estanque debido a las consecuencias de la guerra en Ucrania. La subida de los precios de las materias primas (petróleo, gas, metales, cereales) alimentará las presiones inflacionistas que, aunque ligeramente más leves que en otros lugares de Europa gracias a la limitación del aumento de los precios de la electricidad y el gas (blindaje tarifario), seguirán siendo significativas a lo largo del año.

Las empresas tendrán que hacer frente a un aumento de los costes de producción, lo que se sumará a las dificultades de abastecimiento. Así, a pesar de un margen de beneficios todavía un punto por encima del nivel pre crisis (32,8% a finales de 2021) y de la bajada del impuesto de sociedades al 25% para todas las empresas, la inversión empresarial debería ser limitada en 2022, en un entorno tan adverso como incierto.

Paralelamente, a pesar de los limitados intercambios comerciales de Francia con Rusia (1,3% de las exportaciones y 1,6% de las importaciones en 2021), la situación exterior también seguirá deteriorada, ya que el conflicto provocará una fuerte desaceleración de la actividad en Europa. Esto dificultará el repunte de sectores clave como el aeronáutico, primer sector exportador (9% de los flujos de bienes y servicios) y la industria del automóvil (9%).

La vuelta a la normalidad del sector turístico (8% de las exportaciones), que sigue dependiendo de la situación sanitaria, también podría verse comprometida por la pérdida de ingresos de los hogares europeos. Sin embargo, el gasto público debería seguir apoyando la actividad, ya que el 30% restante del plan France Relance de 100.000 millones de euros (4% del PIB) debería estar comprometido en 2022. A pesar de la continuidad del fuerte apoyo estatal, las insolvencias -que se mantuvieron en mínimos históricos en 2021 (-46% en comparación con 2019)- deberían repuntar en 2022 dado el contexto desfavorable.

 

El déficit público se amplía por el plan de resiliencia

El déficit público francés registró un fuerte aumento a causa de la pandemia, sin embargo, en 2022 se mantendrá elevado por las medidas adoptadas para hacer frente a las consecuencias de la guerra en Ucrania. Además de los antiguos recortes de los tipos del impuesto sobre la vivienda y del impuesto de sociedades, se redujeron los impuestos sobre la energía, se bonificaron los precios de los combustibles y se concedieron subvenciones a las empresas consumidoras de energía. Además, la mayoría de las medidas de apoyo aplicadas durante la pandemia se han prorrogado (aplazamientos de impuestos, actividad parcial) o incluso reforzado (aumento del límite máximo de los préstamos garantizados por el Estado) para las empresas afectadas por la crisis. Por tanto, la deuda pública francesa seguirá siendo muy elevada y su sostenibilidad será uno de los principales retos a medio plazo.

A pesar de la esperada recuperación del turismo, se prevé que el déficit por cuenta corriente vuelva a aumentar en 2022, debido al incremento de las importaciones de energía. Se financia mediante la emisión de deuda o acciones cotizadas adquiridas por no residentes. A finales de 2021, los no residentes poseían el 47% de los títulos emitidos por las administraciones públicas, y más de la mitad de los emitidos por las empresas no financieras (58%) y los bancos franceses (67%).

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