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El cobre frente a la fiebre arancelaria estadounidense

El 8 de julio, Donald Trump anunció aranceles del 50 % sobre el cobre a partir del 1 de agosto, tras una investigación conforme a la Sección 232 iniciada por la Casa Blanca en febrero. No obstante, el alcance de estas medidas sigue siendo incierto, ya que actualmente no hay información sobre la naturaleza de los productos gravados si se aplican al cobre refinado, a productos derivados, etc. Estos aranceles aumentan aún más la preocupación dentro del sector manufacturero estadounidense, dado que casi la mitad de la demanda de cobre del país se satisface mediante importaciones netas.

Los mercados estadounidenses reaccionaron con fuerza ante los rumores de aumentos arancelarios, provocando un repunte récord intradía el 8 de julio. Los futuros del cobre en COMEX subieron un 13 % ese día, alcanzando los 11.290 USD por tonelada (gráfico 1). Sin embargo, la dinámica del mercado sigue fragmentada: mientras que los precios en la Bolsa de Metales de Londres (LME), referencia mundial, se mantuvieron relativamente estables, los precios internos en EE. UU. aumentaron significativamente. La prima sobre los precios de la LME fluctuó entre 500 y 1.500 USD por tonelada en julio, en comparación con un promedio de alrededor de 150 USD en 2024.

Graf COMEX

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Mayor presión sobre el sector metalúrgico estadounidense

La cadena de valor del cobre en Estados Unidos depende del suministro extranjero, ya que las importaciones netas representan el 45 % del consumo interno, con un valor total de importaciones que superó los 17.000 millones de USD en 2024. El año pasado, EE. UU. produjo el 3,5 % del cobre refinado mundial, mientras que representó el 6,3 % del consumo global, lo que pone de manifiesto una importante brecha en el suministro nacional. Las fuentes de suministro externo también están altamente concentradas: Chile, Canadá y Perú  representaron aproximadamente el 70 % de las importaciones de cobre de EE. UU. en 2024 (gráfico 2). Estos países podrían verse afectados por una posible caída de la demanda como consecuencia del aumento de los precios en el mercado estadounidense. Por ahora, los precios parecen estabilizarse mientras los mercados esperan más detalles sobre el alcance de los aranceles. Sin embargo, las previsiones más pesimistas estiman que los precios del cobre en EE. UU. (COMEX) podrían alcanzar los 15.000 USD por tonelada, frente a los aproximadamente 11.000 USD actuales. Es probable que las empresas estadounidenses absorban el aumento de costes reduciendo sus márgenes, en lugar de trasladar los precios más altos del cobre a los consumidores. Por lo tanto, a corto plazo, se espera que estos aranceles debiliten la salud financiera de las empresas estadounidenses vinculadas al cobre, como los fabricantes de materiales de construcción, cableado eléctrico, aerogeneradores, etc. 

Sin embargo, se prevé una caída limitada de las importaciones de cobre en EE. UU. a corto plazo, ya que la capacidad de producción nacional es insuficiente para compensar la demanda actual, mientras que las condiciones económicas mundiales deberían moderar el aumento de los precios. De hecho, la desaceleración de la demanda china y el exceso de oferta global se espera que compensen parcialmente el impacto de las barreras comerciales estadounidenses. Además, según Simon Lacoume, analista del sector, «podemos esperar que las compras anticipadas garanticen niveles de inventario suficientes hasta finales de año en EE. UU.» (gráfico 2), alcanzando las 240.000 toneladas en julio, es decir, cerca del 30 % del consumo interno previsto hasta fin de año.

Graf2 cobre

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Chile en primera línea frente a las nuevas medidas arancelarias de EE. UU.

El acceso al mercado estadounidense es crucial para el sector del cobre chileno. Estados Unidos es su segundo mayor mercado de exportación, representando el 28,5 % de los envíos totales de cobre, justo por detrás de China. Al ser el principal producto de exportación del país, el flujo de cobre hacia EE. UU. representa el 5 % del total de los envíos chilenos. Dada esta profunda interdependencia, el aumento de los aranceles supondría una situación de “perder-perder”. Codelco, la empresa estatal, es particularmente vulnerable a las nuevas barreras comerciales. A diferencia de sus competidores, que operan en múltiples regiones y con diversas materias primas, la empresa estatal se centra exclusivamente en la producción nacional de cobre. En 2024, Codelco representó una cuarta parte de la producción nacional de cobre y aportó 1.500 millones de USD al presupuesto del Estado. Una posible contracción de la demanda estadounidense a medio plazo, como respuesta a los aranceles, sería especialmente perjudicial tanto para la empresa como para el Estado chileno.

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