GestiónGestión

#Nuestras soluciones

Mitos sobre la gestión de cobros que pueden estar frenando el crecimiento de muchas empresas

En el entorno empresarial, la gestión de cobros sigue siendo un tema sensible. Aunque es una función clave para la salud financiera de cualquier organización, todavía arrastra una serie de percepciones erróneas que dificultan su normalización como herramienta estratégica. La realidad es que externalizar la gestión de cobros no solo ayuda a mejorar la liquidez, sino que permite reducir la morosidad, liberar recursos internos y proteger las relaciones comerciales. Aun así, muchas empresas continúan gestionando los impagos de forma reactiva, confiando únicamente en sus propios medios, lo que suele generar retrasos en la recuperación y, en algunos casos, pérdidas definitivas. De ahí surge la necesidad de conocer en profundidad sus ventajas y desmontar algunos mitos que aún persisten en torno a la gestión de cobros, y que pueden estar frenando la profesionalización de esta función clave.

Desmintiendo mitos y leyendas urbanas del recobro

Pese a los avances en digitalización, automatización y análisis de riesgo, la gestión de cobros continúa rodeada de ciertas ideas preconcebidas que dificultan su implantación en muchas organizaciones. Estos mitos no solo están desactualizados, sino que además suponen una barrera a la hora de adoptar soluciones eficaces que garanticen la estabilidad financiera de las empresas. A continuación, analizamos algunas de las creencias más comunes:

  • Externalizar el recobro da mala imagen. Algunas organizaciones todavía temen que delegar la gestión de cobros pueda generar desconfianza entre sus clientes o proyectar una imagen de debilidad financiera. Sin embargo, la realidad es la contraria: contar con un servicio profesional especializado transmite control, rigor y compromiso con una gestión empresarial eficiente. Lejos de dañar la reputación, permite resolver situaciones de impago de forma discreta, legal y respetuosa.
  • Solo las empresas con problemas financieros lo necesitan. Externalizar la gestión de cobros no es un indicador de dificultad, sino de previsión y eficiencia. Grandes compañías con balances saneados utilizan este servicio como una herramienta estructural para mejorar su tesorería y reducir riesgos, optimizando procesos, anticipándose a situaciones críticas y mejorando sus indicadores de liquidez, independientemente de la situación financiera.
  • “Si presiono a mis clientes para cobrar, puedo perderlos”. La gestión de impagos no se trata de métodos de presión; el cobro de una deuda forma parte del cumplimiento de un acuerdo comercial y su gestión puede realizarse de forma profesional, empática, amistosa y no confrontativa. Los servicios especializados actúan como mediadores, priorizando el diálogo y la preservación de la relación comercial. No gestionar adecuadamente los impagos, en cambio, sí puede generar tensiones y desequilibrios en la relación cliente-proveedor.
  • “Solo sirve para empresas grandes”. Aunque tradicionalmente se asociaba la gestión externa de cobros a grandes corporaciones, hoy existen soluciones adaptadas a todo tipo de empresas, incluidas pymes y autónomos. La flexibilidad en la contratación y los modelos ajustados por volumen gestionado permiten acceder a estos servicios sin necesidad de grandes estructuras ni inversiones.
  • “Es un servicio costoso”. Muy ligado al anterior, este servicio cada vez tiene precios más competitivos y es posible ajustar los costes a las necesidades concretas que se tengan. De hecho, en muchos casos se vincula directamente al éxito de la recuperación. A esto se une que, además del aspecto económico directo, el ahorro de tiempo interno, la reducción del riesgo de incobrables y el impacto positivo en la liquidez que supone, compensan cualquier desembolso en este sentido. En la práctica, no actuar a tiempo frente a un impago suele resultar más caro que invertir en su correcta gestión.

¿Cuándo debo contratar el servicio de gestión de cobros?

Identificar el momento adecuado para recurrir a un servicio profesional de gestión de cobros puede marcar la diferencia entre mantener el equilibrio financiero o comprometer la estabilidad del negocio. A continuación, se presentan algunas señales objetivas que indican la conveniencia de dar este paso.

  • Si un porcentaje considerable de los cobros pendientes exceden los 60 días.La normativa actual establece que, por defecto, el plazo para pagar una factura es de 30 días naturales. Sin embargo, esta ley también establece que el plazo puede extenderse hasta un máximo de 60 días naturales, siempre y cuando las dos partes estén de acuerdo. En este sentido, si un alto porcentaje de las facturas supera este plazo sin cobrarse, existe un riesgo real de pérdida. Cuanto más se dilata el cobro, menor es la probabilidad de recuperación. Una gestión externa permite actuar con agilidad y dentro de los márgenes legales.
  • El equipo interno dedica más del 10% del tiempo a perseguir pagos. Cuando el personal administrativo o financiero debe emplear una parte significativa de su jornada en reclamar pagos, el impacto sobre la productividad y el foco estratégico del negocio es considerable. Externalizar este servicio permite liberar recursos internos y profesionalizar una tarea que requiere conocimientos específicos, herramientas adecuadas y seguimiento continuo.
  • Tener facturas pequeñas sin cobrar porque “no compensa”. Muchas empresas dejan de reclamar importes reducidos por considerar que “no compensa”, sin tener en cuenta el efecto acumulativo. Esta práctica genera una pérdida silenciosa, pero constante, de liquidez. Además, hay que tener en cuenta que con un margen comercial del 20%, se necesitarían 4 pedidos del mismo importe que la factura impagada para compensar las pérdidas, por lo que cualquier retraso cuenta.
  • Dificultades para reclamar pagos en el extranjero. La gestión de cobros internacional implica conocer la normativa local, los plazos legales, los canales adecuados y las particularidades culturales. Empresas como Coface operan en más de 100 países, lo que permite ofrecer una cobertura efectiva y segura incluso en entornos complejos. Contar con este conocimiento especializado.
  • Falta de liquidez que limita el crecimiento. Si los impagos están dificultando la inversión, el acceso a financiación o la ejecución de nuevos proyectos, es probable que la situación haya superado un umbral de riesgo. Recuperar liquidez a través de una gestión eficiente del cobro puede ser la clave para reactivar el negocio y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

Por tanto, lejos de ser un recurso puntual, la gestión de cobros debe entenderse como una parte estructural del control financiero. Superar los mitos que la rodean y actuar con datos, criterios profesionales y soluciones adaptadas al negocio es la mejor forma de proteger la rentabilidad, la reputación y la continuidad de cualquier empresa.