Actualidad Económica
11/01/2021
Riesgo País y Estudios Económicos

La combinación de políticas europeas "cueste lo que cueste" cambia las reglas del juego para la sostenibilidad fiscal española

sostenibilidad fiscal españa

Para poder mantener los ingresos mientras la economía estaba en hibernación, el gasto extraordinario en déficit ha estado a la orden del día. Los estabilizadores automáticos (seguro de desempleo y otras transferencias sociales, impuesto sobre la renta, etc...) representarán dos tercios del aumento del déficit, y el resto provendrá de medidas discrecionales de emergencia (permisos, gasto sanitario, subvenciones, aplazamientos de impuestos). En conjunto, los gastos aumentarán un 10% y los ingresos fiscales disminuirán un 13%, alcanzando un déficit récord del 14% del PIB. Posteriormente, disminuirá bruscamente a medida que la economía se recupere y se eliminen progresivamente las medidas de emergencia, pero se mantendrá muy por encima de lo normal como mínimo hasta 2022. Esto conducirá a un aumento récord de la deuda pública.

 

Al mismo tiempo, los rendimientos de los bonos han alcanzado mínimos históricos, y el apetito de los inversores por los bonos españoles nunca ha sido tan alto. Este statu quo contrario a la intuición proviene de un cambio radical en las preferencias de los políticos a nivel europeo. El BCE de Lagarde no sólo ha adoptado plenamente la filosofía "cueste lo que cueste" de Draghi al ampliar la expansión cuantitativa en 2,5 billones de euros, sino que ahora está dispuesto a comprar en grandes cantidades los bonos incluso de los Estados miembros más débiles. Se ha convertido, en efecto, en una especie de creador de mercado de último recurso para los bonos soberanos. De hecho, este enfoque ahora también lidera de manera crucial la política fiscal de la UE. Se han suspendido las reglas fiscales para 2020 y 2021, se ha impulsado la capacidad de préstamo del Mecanismo de Estabilidad Europeo (240.000 millones de euros) y se han creado varios instrumentos fiscales para financiar unos 900.000 millones de euros de gasto. Concretamente, los 750.000 millones del fondo “Next Generation EU” (“Próxima Generación UE”), estarán fuertemente orientados hacia los países más afectados por la crisis, y España recibirá 140.000 millones de euros en los próximos siete años. Mientras se mantenga este nuevo consenso, la deuda española puede considerarse sostenible, no por la situación de los principales indicadores económicos, sino porque las instituciones europeas harán lo que sea necesario para que la deuda siga siendo sostenible. Un retorno a la inflación pondría en duda este consenso, pero las perspectivas siguen siendo deflacionarias. La pandemia tendrá un efecto globalmente neutro en la cuenta corriente, con la caída tanto de las importaciones como de las exportaciones de bienes y servicios. Los bancos permanecen relativamente frágiles, aunque mucho más fuertes que antes de la crisis del 2008.

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