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PYMES: 10 consejos para retomar el control de tus facturas por cobrar

Retrasos en los pagos, problemas de tesorería e insolvencias: las microempresas y las pymes están más expuestas y son más vulnerables al riesgo de impagos, y se encuentran por tanto en primera línea cuando surgen dificultades. Cuando los pedidos se reducen, los plazos de pago se alargan y la liquidez es frágil, es urgente retomar el control de las facturas pendientes de cobro. Aquí te ofrecemos nuestras recomendaciones para asegurar tu flujo de caja y reforzar la resiliencia de tu empresa.

Por qué las cuentas por cobrar merecen toda tu atención

Las pymes y las microempresas se enfrentan una presión constante: un entorno económico incierto, exigencias regulatorias, problemas de liquidez, complejidad administrativa y plazos de pago cada vez más largos. En este contexto, la gestión de las facturas por cobrar se convierte en una preocupación estratégica (¡incluso vital!) para la gestión financiera de las pequeñas empresas.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, dichas facturas se descuidan con demasiada frecuencia y siguen siendo gestionadas directamente por el propio director de la empresa. El problema es que estos gestores están implicados en todos los frentes, carecen de herramientas adecuadas cuando no de recursos humanos y tecnológicos dedicados y se ven rápidamente desbordados. El resultado: una organización ineficiente, que consume mucho tiempo y debilita la tesorería.

Un seguimiento riguroso de los pagos, una política de cobro eficaz y la anticipación de los riesgos de impago pueden marcar la diferencia. Existen reflejos sencillos, herramientas accesibles y soluciones probadas para retomar el control de tus cuentas por cobrar y convertirlas en una palanca de rendimiento financiero.

1 - Anticipa tu flujo de caja

Como parte de tus operaciones comerciales, concedes plazos de pago a tus socios de forma habitual. Esto proporciona a tus clientes una financiación a corto plazo sin necesidad de recurrir a un banco o institución financiera. Problema: esta práctica común expone inevitablemente a tu empresa al riesgo de impago.

Las pequeñas empresas operan en un entorno desafiante, marcado tanto por dificultades económicas como por debilidades estructurales. En un contexto de retrasos en los pagos y caída de la demanda, que debilitan la tesorería, es esencial tener una visión clara de tus flujos financieros. Esto te permite identificar necesidades de financiación, negociar a tiempo con tus socios, medir tu necesidad de fondo de maniobra, evitar sorpresas desagradables y tomar decisiones más informadas.

Para gestionar tus facturas por cobrar en el día a día, utiliza un panel de control sencillo que se actualice regularmente. Esta herramienta te permite visualizar las entradas y salidas de efectivo previstas e identificar los períodos de riesgo. Además, herramientas digitales fáciles de usar (Excel, software de gestión, plataformas bancarias) te permiten automatizar este seguimiento.

Este control diario es un reflejo de gestión esencial que puede ser más que suficiente para asegurar tu flujo de caja y gestionar tu empresa con mayor tranquilidad, siendo más proactivo en la anticipación de tensiones de tesorería.

2 - Flujo de caja neto: tu brújula financiera para mantener el rumbo

Para tomar el pulso de la salud financiera de tu empresa, calcula regularmente tu flujo de caja neto. Es la diferencia entre los fondos disponibles (efectivo o depósitos bancarios) y las deudas a corto plazo. En otras palabras, te indica si puedes hacer frente a tus compromisos inmediatos. Un flujo de caja neto positivo te da flexibilidad para afrontar imprevistos a corto plazo.

Por el contrario, un flujo de caja neto nulo o negativo debe encender las alarmas. Señala una tensión inmediata, un riesgo de bloqueo o incluso de insolvencia. En ese caso, es urgente actuar: reclamar a los deudores para acelerar los cobros, negociar con los proveedores, reducir inventarios o ajustar ciertos gastos.

Este cálculo, simple pero crucial, es una herramienta eficaz para la toma de decisiones empresariales. Te permite seguir desarrollando tu negocio sin depender de financiación a corto plazo (descubiertos bancarios, créditos, crédito de proveedores, Recobro de Deudas) y asegurar tus proyectos de inversión.

3 - Para facturar rápido, hay que facturar bien

Un proceso de facturación claro y bien definido es la primera barrera contra los retrasos en los pagos. ¿Quién es responsable de la facturación? ¿Cuándo deben emitirse las facturas? ¿Cómo deben emitirse? Cada una de estas preguntas debe tener una respuesta clara dentro de tu organización. Una factura que se envía rápidamente, que contiene la información correcta en el lugar adecuado y que cumple con la normativa tiene muchas más probabilidades de ser pagada a tiempo.

Una facturación organizada y rigurosa reduce significativamente el plazo medio de cobro (DSO – Days Sales Outstanding). Cuanto más corto sea este plazo, más saludable será tu flujo de caja. Estructurar tus procesos de facturación también te permite limitar los litigios, mejorar la relación con los clientes y reforzar la experiencia y reputación de tu empresa. Es una palanca sencilla pero muy eficaz. Además, automatizar la facturación mediante soluciones digitales (ERP, software de gestión) ahorra tiempo y hace que el proceso de facturación y cobro sea más fiable. No olvides incluir las menciones legales obligatorias y tus condiciones de pago, así como establecer un sistema de seguimiento sistemático de tus facturas.

4 - Haz el seguimiento con tu cliente: ¡actúa al día siguiente!

Cuando tu cliente recibe un recordatorio de pago justo al día siguiente del vencimiento, recibe un mensaje claro de tu parte: haces un seguimiento riguroso de tus cuentas por cobrar, eres vigilante y estás bien organizado. Esta disciplina es esencial para  evitar que los retrasos se conviertan en impagos.

En materia de deudas pendientes, cada día cuenta. Cuanto más se retrase el seguimiento, menores serán las probabilidades de recuperar el importe adeudado.  Un recordatorio rápido suele bastar para resolver una situación que simplemente se ha olvidado o pasado por alto. La comunicación regular con el deudor siempre será más eficaz que un recordatorio tardío y formal. Además, puede ayudarte a identificar clientes en dificultad y llegar a un acuerdo amistoso con ellos.

Sistematiza tus recordatorios (correo electrónico, llamada telefónica, carta certificada) y utiliza herramientas automáticas para liberarte de esta tarea que consume tiempo. Importante: conserva un registro de cada intercambio para poder justificar tus acciones en caso de litigio.

5 - Condiciones de pago: tu aliado contra los retrasos

Con demasiada frecuencia, las pymes y las microempresas descuidan la formalización de sus condiciones de pago, lo que permite a los clientes aprovechar la falta de claridad o imponer sus propios términos. Sin embargo, aclarar tus condiciones generales de venta, solicitar anticipos o establecer penalizaciones por retraso son formas sencillas de proteger tu flujo de caja. Por ejemplo, el plazo medio de cobro (DSO – Days Sales Outstanding) puede reducirse drásticamente negociando plazos de pago más cortos y solicitando anticipos al realizar el pedido. Esto limita tu exposición al riesgo cliente y preserva tu liquidez.

Las condiciones contractuales deben ser claras, accesibles y comunicadas sistemáticamente antes de la venta. Proporcionan un marco legal de protección. Los anticipos permiten asegurar una parte de la facturación desde el inicio del servicio. Las penalizaciones por retraso tienen un doble efecto: disuasorio y compensatorio. Aunque rara vez se aplican, el simple hecho de mencionarlas anima a los clientes a respetar los plazos. No dudes en recordárselas en tus comunicaciones de seguimiento.

6 - Riesgo cliente: detecta las señales débiles

No todos tus clientes presentan el mismo nivel de riesgo. Sin embargo, ciertas señales deben ponerte en alerta: retrasos recurrentes, solicitudes inusuales, cambios de actitud o de comportamiento en la relación comercial... Integrar este análisis en tu proceso comercial debe convertirse en un reflejo preventivo.

Equípate con herramientas de prevención de impagos y análisis del riesgo cliente, como el Seguro de Crédito Comercial o los servicios de Información Comercial, que evalúan la probabilidad de impago. Estas soluciones te permiten conocer mejor a tus socios comerciales, adaptar tus condiciones de pago a su salud financiera y limitar tu exposición. Es una excelente manera de evitar a los malos pagadores y centrarte en los clientes más fiables.

7 – Digitalizar facturas para mejorar el flujo de caja

La digitalización de las facturas es uno de los grandes retos que enfrentan actualmente las empresas en términos de rendimiento financiero. La facturación electrónica, las alertas automatizadas y los recordatorios programados son herramientas que te ahorran tiempo, reducen errores y aumentan la visibilidad sobre tu flujo de caja, facilitando así la gestión global de tu negocio.

Más allá de los beneficios “prácticos”, las empresas que digitalizan la gestión de sus clientes mejoran sus tasas de cobro y reducen los plazos de pago. Existen numerosas soluciones específicamente adaptadas a las pymes y las microempresas, como software de facturación, CRM y plataformas de pago. La inversión suele ser modesta en comparación con los beneficios en eficiencia que se obtienen. La clave está en elegir herramientas sencillas, interoperables y adaptadas a tus necesidades.

8 - Recobro de deudas: ¡actuar antes de que sea demasiado tarde!

En el contexto actual, la amenaza de los retrasos en los pagos pesa sobre la mayoría de las compañías en todo el mundo. Los comportamientos de pago se están deteriorando: las empresas enfrentan retrasos más frecuentes, plazos medios de pago más largos y un preocupante aumento de las insolvencias.

Las microempresas y pymes disponen de reservas financieras mucho más limitadas para afrontar estos tiempos turbulentos y evitar una crisis de liquidez. Paradójicamente, aunque la mayoría de ellas atribuyen estos retrasos a los problemas financieros de sus clientes, pocas recurren al recobro de deudas, percibido como una tarea larga, compleja, costosa y sin garantía de éxito.

Sea cual sea el importe, un retraso en el pago nunca es trivial (ni indoloro). Puede debilitar seriamente la tesorería e incluso poner en peligro la supervivencia de una empresa. Ejemplo: para compensar una factura impagada de 5.000 €, una empresa con un margen neto del 10 % tendría que generar 50.000 € de facturación adicional. ¡El coste real es mucho mayor de lo que parece!

Cuanto más tarde se actúe, más cerca estará esa deuda de volverse incobrable. Al día siguiente del vencimiento, es vital hacer un seguimiento, contactar con el deudor e iniciar un procedimiento claro. A menudo, es en los primeros días cuando se alcanza (y se respeta) más fácilmente una solución amistosa.

9 - No enfrentes los impagos tú solo

Incluso para las pequeñas empresas, existen soluciones externas que permiten protegerse frente a los impagos y garantizar el cobro de las cuentas por cobrar en caso de problemas. El Seguro de Crédito Comercial o los servicios de recobro son opciones que siguen siendo poco utilizadas por los responsables de las microempresas y pymes, a menudo por desconocimiento o por temor a su complejidad.

El Seguro de Crédito es una potente herramienta de gestión del riesgo de crédito. Protege tus facturas por cobrar frente al riesgo de impago, garantizando —bajo condiciones definidas— el cobro en caso de incumplimiento. Te ayuda a desarrollar tu negocio anticipando los impagos y delegando el recobro en caso de siniestro, como lo hace EasyLiner, la solución de seguro de crédito online todo incluido para pequeñas empresas y PYMES.

Demasiado a menudo ignorado, el Recobro de Deudas puede marcar la diferencia entre la supervivencia y el crecimiento  de tu empresa. Para las microempresas y las pymes que no disponen de recursos humanos o financieros dedicados, externalizar el Recobro de Deudas puede ser una solución eficaz y rentable. Para maximizar tus posibilidades de éxito, el recobro debe ser rápido, estructurado y proporcionado. Los 200 expertos en Recobro de Deudas de Coface y sus 250 socios legales  pueden recuperar tus deudas en 190 países: así podrás obtener los fondos debidos más rápidamente, preservando al mismo tiempo la relación con tus clientes deudores.

10 - Cultura financiera: invierte en la sostenibilidad de tu empresa

Comprender los indicadores clave, saber analizar un balance, dominar los plazos de pago y el impacto real de los impagos, identificar los riesgos de clientes o proveedores: todas estas son competencias que te harán más autónomo en la gestión de tu empresa y mejor preparado para anticipar riesgos y tomar las mejores decisiones comerciales.

Contar con una sólida cultura financiera te permite estructurar mejor tus procesos, optimizar tu rendimiento mediante herramientas digitales de apoyo a la decisión y aplicar una estrategia eficaz de prevención de impagos. Esto se aplica tanto a los responsables de TPE y PYMES como a sus equipos, especialmente a quienes se encargan de la facturación, el seguimiento de clientes y la contabilidad.

Formaciones breves, seminarios web o acompañamiento personalizado como los que ofrece Coface pueden ayudarte a desarrollar una verdadera experiencia en riesgo comercial. La formación continua y el seguimiento de las grandes tendencias de la economía mundial, así como de los riesgos país y sectoriales, son una inversión en el futuro a largo plazo de tu empresa.

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