El diario La Razón ha querido reconocer la labor de diferentes empresas para liderar la recuperación tras la pandemia.
El mayor importador y el segundo mayor exportador de productos manufacturados del mundo, Estados Unidos, registra un déficit comercial desde principios de la década de 1970. La escalada de las tensiones comerciales, en particular con China, y la pandemia de COVID-19, que interrumpió los flujos comerciales, han afectado a la balanza comercial en los últimos años. El déficit comercial ha alcanzado un nivel récord de más de 900.000 millones de dólares en 2020.
La aseguradora de crédito Coface predice que en 2021 el precio del petróleo alcanzará 60 dólares por barril de media y su volatilidad seguirá siendo una dificultad para los países productores. Además, la situación presupuestaria de estos países se ha deteriorado de forma duradera. El impacto de la pandemia de COVID-19 en el PIB mundial y en el volumen del comercio mundial provocó que los precios del petróleo cayeran drásticamente en la primavera de 2020. Esta caída de los precios, que se prevé temporal, ha afectado a los exportadores de petróleo en Oriente Medio y África de manera diferente, dependiendo de la dependencia del petróleo de su economía, su fortaleza fiscal y el nivel de sus reservas internacionales.
Los elevados precios de las materias primas, la escasez de la cadena de suministro o el frenesí del consumo alimentado por la demanda reprimida son algunas de las razones por las que se prevé que la inflación supere el objetivo del 2% del BCE de aquí a 2022. Esto acarrea como efecto secundario el aumento del rendimiento de los bonos. ¿Hay motivos para la preocupación?
Análisis y simulación macroeconómica sobre la salud financiera y las insolvencias corporativas en la Eurozona. La crisis económica generada por la pandemia de COVID-19 presagió graves quiebras comerciales e insolvencias corporativas en toda la Eurozona. Aunque el impacto real de la crisis del COVID-19 aún es incierto, las insolvencias, no obstante, han disminuido durante el año 2020 en las principales economías europeas.
La rentabilidad de las empresas del sector de las TIC ha seguido una trayectoria ascendente continuada a lo largo de la crisis y se espera que esta tendencia se mantenga este año. En todos los segmentos, los niveles de deuda neta de las empresas de IT han seguido una tendencia a la baja desde el comienzo de la crisis.
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