Evaluación trimestral del riesgo sectorial de Coface: 14 sectores en tres grandes regiones del mundo

Los sectores químico, transporte y textil de América del Norte pasan de "riesgo medio" a "riesgo bajo".En América del Norte, el riesgo sectorial ha mejorado debido a la mejora en las perspectivas económicas y a la caída de los precios del petróleo

Para Coface, este fin de año se caracteriza por una clara mejoría en el riesgo sectorial de América del Norte. Tras una breve crisis relacionada con las condiciones climáticas adversas en el primer trimestre, Estados Unidos ha retornado a un crecimiento sólido y equilibrado (previsión de 2,0% en 2014 y 2,5% en 2015). Las empresas han aprovechado el impulso favorable en el consumo y la inversión, tal y como lo demuestra el elevado nivel de sus beneficios. Este beneficioso clima económico, junto con la reciente caída de los precios del petróleo, ha favorecido especialmente a tres sectores, que Coface ha revisado como "riesgo bajo".

• — Sector Químico

La industria química norteamericana se diferencia favorablemente de Europa Occidental, que se enfrenta a una lenta recuperación, y de Asia emergente, donde las perspectivas para el sector siguen siendo frágiles. Convertida en la región elegida por muchos operadores del sector, América del Norte disfruta de las ganancias de competitividad resultantes de sus bajos costes de producción. Su producción industrial aumentó un 3,2% en un año en el tercer trimestre de 2014. Se sustenta por la gran actividad de dos de los principales mercados del sector - la industria automotriz y la construcción. Las ventas de automóviles se han incrementado un 1,4% en los primeros 10 meses del año, respecto a 2013, en un contexto de consumo impulsado por los hogares. En lo que respecta a la construcción, la actividad y los precios están aumentando, aunque sin alcanzar los niveles anteriores a la crisis.

• — Transporte

Favorecido por el aumento del crecimiento mundial este año, por primera vez desde 2010, y por la esperada aceleración del comercio internacional en 2015, el sector del transporte ha registrado un sólido resultado. Mientras que en Europa el transporte aéreo ha sufrido los efectos del embargo ruso sobre sus intercambios comerciales y la fuerte competencia de las aerolíneas “low cost”, en América del Norte este sector se ha beneficiado de los efectos positivos de la previa reestructuración. En efecto, si bien el mercado ha mostrado signos de su madurez, con un crecimiento de sólo el 2,8% a finales de septiembre, la rentabilidad de las empresas supera a la observada en Europa. Por su parte, el boyante crecimiento de Estados Unidos ha contribuido al resurgimiento de la demanda en los negocios y en el transporte.

• — Sector Textil

El crecimiento de este sector parece haberse estabilizado en América del Norte en torno al 2% anual, con una abundante oferta y una demanda constante. Las cosechas de algodón en esta región, tercer productor mundial, podrían alcanzar los niveles de 2012/2013, con un aumento previsto de 24% en el volumen, alcanzando los 3,5 millones de toneladas. Gracias a la solidez del empleo y al consumo de los hogares estadounidenses, la dinámica de la demanda en este sector es relativamente mejor que en Europa.

Alerta sobre el sector de la distribución en Europa Occidental

La escasa magnitud de la recuperación en Europa Occidental y los problemas de sobrecapacidad no resueltos en los sectores vinculados a la inversión en infraestructura en los países emergentes de Asia han llevado a Coface a mantener sin cambios sus evaluaciones de riesgo sectorial para estas regiones.

No  obstante, hay un sector que es actualmente objeto de rigurosa vigilancia. Se trata del sector de la distribución en Europa Occidental, que se considera por el momento como "riesgo medio". A diferencia de los países emergentes de Asia y América del Norte (donde el sector se clasifica como " riesgo bajo "), la atonía prolongada del gasto de los consumidores en Europa, sumada a la prohibición de exportación de determinados productos alimenticios a Rusia, están afectando negativamente a los márgenes de los distribuidores minoristas y generan una presión a la baja sobre los precios.