Actualidad Económica
06/04/2020
Riesgo País y Estudios Económicos

Primeras impresiones del impacto económico del COVID-19

Primeras impresiones del impacto económico del COVID-19

Los datos de los Índices de Compra de las Empresas (PMI-Purchasing Managers Index) y del empleo nos dan una primera impresión de la tragedia del COVID-19.

Hace varias semanas que sabemos que el COVID-19 causaría un shock económico de dimensiones sin precedentes a corto plazo. La verdadera incógnita para los economistas es cuantificar dicho shock en ausencia de datos concretos. ¿Será sólo algo peor que la gran recesión del 2008? ¿O será  de mayor magnitud?

Las primeras cifras del mercado laboral son preocupantes. Con casi 900.000 afiliaciones menos a la Seguridad Social en marzo, el virus ha destruido más empleo en España en dos semanas que la crisis de Lehman Brothers en 5 meses. Las suspensiones temporales de empleo alcanzan ya un total de 1,5 millones, triplicando el pico de 2009. Los Índices de Compra de las Empresas o PMsI del sector servicios en marzo cayeron a 23 en España y a 17 en Italia , lo que significa que la gran mayoría de las empresas tienen unas perspectivas de deterioro. Los mínimos anteriores (ambos en 2009) se situaron en torno a 27 para España y 35 para Italia.

¿Esto significa que llegaremos al final de 2020 con un número de desempleados que superará varias veces al de la gran recesión del 2008?

No , si las medidas públicas minimizan las quiebras. Una empresa que sufre un golpe, pero es capaz de sobrevivir, tiene más posibilidades de crear empleo que una que quiebra y debe ser reemplazada. Si bien, algunas de las medidas para evitar los despidos en España ayudarán a prevenir una crisis social en el corto plazo, hacen peligrar la recuperación, transfiriendo el peso de la misma a la liquidez de las empresas. Dado que esta liquidez será garantizada por el Estado, nuevos subsidios a los ingresos directos lograrían el mismo resultado sin provocar daños estructurales a la economía.

En cuanto al coste, sustentar el nivel de vida en una economía que no genera ingresos resultará, de una forma u otra, en un aumento de la deuda pública. Colocar esta responsabilidad inmediata sobre las empresas solo pospone lo inevitable. En última instancia, las verdaderas soluciones (o la falta de ellas) dependerán de lo que permita Bruselas.

 

Marcos Carias, Economista de Coface para la Zona Euro

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