Actualidad Económica
07/06/2022
Riesgo País y Estudios Económicos

Aumentan las insolvencias corporativas en Europa Central y Oriental

Insolvencias CEE

En 2021, las insolvencias corporativas en Europa Central y Oriental (CEE por sus siglas en inglés) aumentaron hasta casi alcanzar los niveles previos a la pandemia en la mayoría de los países, tras la caída de los procedimientos que se registró en 2020.

Bulgaria, República Checa, Hungría, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia fueron los países que experimentaron un mayor número de insolvencias, mientras que Croacia, Estonia, Letonia, Serbia y Eslovenia observaron una disminución.

Debido a la eliminación gradual de las medidas de apoyo relacionadas con el COVID y las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, se prevé un incremento de las insolvencias corporativas en los países de esta región en los próximos trimestres.

Durante los últimos dos años, las tendencias de insolvencias en la región de Europa Central y Oriental se han visto afectadas por diferentes condiciones económicas, medidas de apoyo y cambios legales. La pandemia de COVID desencadenó una recesión económica, con una caída del crecimiento regional del 4%. Aunque las insolvencias se redujeron durante esta contracción, fue gracias a las masivas medidas estatales de apoyo para los hogares y las empresas. “En 2021, la región experimentó un mayor crecimiento (5,5 %), pero se espera que este impulso se disipe este año con una previsión de crecimiento del 3,2 %”, manifestó Grzegorz Sielewicz, economista de Coface para Europa Central y del Este. “Es probable que todos los países de CEE sufran las consecuencias directas e indirectas de la guerra entre Rusia y Ucrania. Los países bálticos deberían registrar las tasas de crecimiento más débiles debido a sus vínculos comerciales con Rusia”.

La reducción de las medidas de apoyo y un entorno aún desafiante desencadenan un aumento de las insolvencias

Tras una caída de las insolvencias empresariales en la región en 2020, los procesos de insolvencia aumentaron en 2021, volviendo casi a los niveles previos a la pandemia. Este aumento era previsible, teniendo en cuenta las intenciones de los gobiernos de reducir la escala masiva de las medidas de apoyo. La media ponderada del PIB regional, calculada a partir de la dinámica de insolvencia de los países, indicó un aumento del 34,7% en 2021 respecto al año anterior (aumento del 1,5% excluyendo a Polonia, donde el número total se disparó debido, principalmente, a los nuevos procedimientos).

Siete países experimentaron un aumento de las insolvencias respecto al año anterior (Bulgaria, República Checa, Hungría, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia), y cinco países registraron una disminución (Croacia, Estonia, Letonia, Serbia y Eslovenia). En Polonia, el número de procedimientos casi se duplicó, debido, en gran medida, al auge de procedimientos específicos, implementados para apoyar a las empresas que atravesaban dificultades de liquidez debido a la pandemia. No obstante, a pesar de tal aumento, la tasa de insolvencia en Polonia, es decir, la proporción del número total de procedimientos en el número total de empresas activas, alcanzó el 0,06 %, lo que significa que sólo 6 de cada 10 000 empresas polacas se sometieron a los procedimientos oficiales disponibles. 

En los países donde el uso de los procedimientos de insolvencia es más popular, se registraron tasas de insolvencia mucho más altas : +1,61% en Croacia y +3,31% en Serbia.

La situación económica mundial de los últimos 2 años ha supuesto un entorno difícil para las empresas de CEE. La recuperación económica que comenzó a mediados de 2020 fue más rápida de lo esperado y provocó una demanda acelerada, especialmente del sector industrial. Los precios de las materias primas energéticas, el transporte y diversos metales e insumos utilizados en el proceso de producción se dispararon. En algunos casos, la escasez limitó los niveles de producción, cuyo ejemplo más evidente es el de los semiconductores, cuya escasez provocó la disminución de turnos y el cierre temporal de algunas plantas de varias empresas de automóviles. El incremento de los costes de la energía y el combustible, junto con el aumento de los precios de los recursos de producción, redujeron la rentabilidad de las empresas. Estos acontecimientos globales se han hecho sentir en las empresas de CEE debido a su implicación en varios problemas de las cadenas de suministro y a los importantes vínculos comerciales de la región con Europa Occidental.

De una crisis a otra

Aunque la pandemia de coronavirus aún no ha terminado, un nuevo desafío afecta a las economías y empresas: la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania contribuyó rápidamente al aumento vertiginoso de los precios de la energía, ya que Europa sigue dependiendo de las importaciones de petróleo, gas natural y carbón de Rusia. Además, ambos países son importantes productores y exportadores de materias primas agrícolas. Por otra parte, la producción agroalimentaria depende de los precios de los fertilizantes, que también se dispararon, y la región de CEE depende de los fertilizantes importados de Rusia y Bielorrusia. Por su parte, el aumento global de los precios y la escasez de metales debido a la guerra, exacerbaron aún más las interrupciones de la cadena de suministro. Estos factores han supuesto un aumento adicional en los precios de la energía y los insumos para las empresas, incluidas las de CEE. Además, el deterioro del poder adquisitivo de los hogares también es motivo de preocupación para su potencial base de clientes. Las economías de Europa Central y Oriental han experimentado una inflación acelerada debido, principalmente, al aumento de los precios de la energía, pero también al de los precios de los alimentos.

Rusia sigue siendo un importante destino comercial para la región de CEE, especialmente para los países bálticos. En 2021, las exportaciones e importaciones totales con Rusia representaron el 15,1 % del PIB de Lituania. Además, la invasión rusa de Ucrania desencadenó una enorme crisis humanitaria con repercusiones económicas. Aunque se prevé que en 2022 todos los países de CEE registren tasas de crecimiento más bajas que las estimadas antes de la guerra, la afluencia de refugiados ucranianos podría apoyar el crecimiento regional, al menos a corto plazo.

“Teniendo en cuenta estos obstáculos, esperamos que el aumento de las insolvencias corporativas continúe durante los próximos trimestres”, explica Jarosław Jaworski, CEO regional de Coface en Europa Central y Oriental. “Las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania acelerarán este aumento, especialmente porque es poco probable que se implementen programas de apoyo a gran escala para las empresas locales, como sucedió durante los confinamientos por el coronavirus”.

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