Se reduce el riesgo a corto plazo en la automoción francesa, pero se vislumbran cambios profundos

• La evaluación de la automoción en Francia se ha actualizado a la mejor categoría de riesgo
• Los compradores privados están regresando, incrementando las ventas de los nuevos vehículos, en las que se espera un aumento del 5,6% en 2016
• Los riesgos deben vigilarse a largo plazo ya que disminuye el valor añadido francés
• La internacionalización de la producción y de I+D parece un resultado inevitable

El sector de automoción considerado de riesgo bajo a corto plazo

2016 se presenta con menos riesgo para la automoción francesa. Este mercado, dominado por profesionales y empresas, está siendo reforzado por el consumo de los hogares que recupera su confianza, gracias a la caída del desempleo y a los nuevos métodos financieros. Las ventas de nuevos vehículos aumentaron el periodo comprendido entre Enero-Julio y Coface pronostica un aumento del 5,6% en 2016, seguido por un aumento más pequeño, por ejemplo entre un 1,5% y un 2,5%, en 2017.

Por estas razones, el sector de la automoción en Francia ha sido revisado al alza a la categoría de "riesgo bajo", aunque con algunas reservas respecto a la fragilidad de los fabricantes de equipos de segundo y tercer nivel. Actualmente, solo dos sectores de actividad (automoción y venta al por menor) de los 12 analizados disponen de la mejor evaluación a corto plazo.

La internacionalización está cobrando impulso

En términos más generales, la industria automotriz francesa se encuentra en un punto de inflexión. Mientras Francia presenta fortalezas innegables en términos de ingeniería, calidad de vida y capacidad de adaptarse al cambio, está perdiendo en términos de competitividad. El valor añadido francés del sector cayó un 29% entre 2008 y 2014, mientras que el conjunto de la industria aumentó un 3%. Para los fabricantes de equipos, esto también se refleja por la erosión del superávit comercial. Los fabricantes de coches han tenido que reducir los costes unitarios por vehículo, recortando empleos y salarios y congelando las contrataciones, haciendo frente así a una caída de las ventas en el mercado doméstico y, por lo tanto, con una infrautilización de sus fábricas.

¿Conseguirá la estrategia de internacionalización adoptada por un número creciente de empresas abordar estos problemas?

Con un mercado estrecho, principalmente compuesto por vehículos de gama baja, Francia no puede proporcionar los niveles de rentabilidad requeridos. Las empresas se ven estimuladas por el vigor de las ventas de coches a nivel mundial, sobre todo en países emergentes, y están internacionalizando su cartera de clientes. Como ejemplo, los fabricantes de equipos de primer nivel, que han sido capaces de recuperarse, presentan ahora un margen operativo alrededor del 7,8%, 2 puntos más que los fabricantes de coches.

Otra tendencia que debe ser tenida en cuenta: tanto los fabricantes de coches como los de equipos están estableciendo centros de I+D en mercados de bajo coste, tras una etapa de recolocación de su producción de las actividades de montaje. En este punto, la mayor parte de esta función se concentra en Francia, pero la transferencia de actividades de I+D a los países emergentes podría llegar a cobrar impulso. El factor fundamental detrás de este fenómeno es la aparición de grupos locales de automoción, que incluyen fabricantes de coches, de piezas y subcontratistas especializados en logística, ingeniería y TI.

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